domingo, 22 de noviembre de 2015

Insomnio crónico

Hay tantos días como hoy, tantos en los que me invade la compañía de tu ausencia, tantos evocando el aroma de aquella tarde buscando tu mano, el brillo de tus ojos esperando un ruego, el recuerdo de esa sutil sonrisa en tus labios, esos que nunca rocé ni besé.
Tantos días en los que puedo escuchar tus pasos sobre mi almohada golpeando mis sueños, tantos descifrando tus silencios cuando estábamos tan cerca, días en los que se amontonan palabras regaladas sin recibir otras a cambio, quizás ni las leíste, quizás no lo afronté.
Tantos días en los que escribirle a un cuaderno mudo me va salvando de esta inoportuna nostalgia, de este desvelo acostumbrado a la oscuridad de mi cuarto, donde certifico que no es beneficioso amarte mientras no quiera dejarlo de hacer.
Tantos días dándome cuenta que no llegué a la cita ni a la meta, que te aguardé en el andén equivocado cuestionándome si me buscabas o te encontré, si me tocaste o me lo inventé.
Tantos días tatuando tu nombre en mis pupitres y libros, tantos días subiendo y bajando, confiando y dudando, hay tantos días como hoy, tantos pensando en pensarte por última vez.