domingo, 9 de marzo de 2014

Creciéndose

De nuevo está ahí, creciéndose a los ojos de quien la observa, mostrando la copia exacta de sus valles, la luz ceniza entre sus montañas, de nuevo en silencio converso con ella, la someto a preguntas como lunático que soy. Me paso los meses imitándola, repitiendo mis fases melancólicas hablándole de ti y ella celosa de mis propósitos se oculta tras una nube para evitar juzgarme. Ahí está fiel a sus citas, compañera eterna de esta bola azul, misteriosa y bella, con su singular ciclo naciendo y envejeciendo cada veintiocho días, girando sobre sí enmascarando su edad.
De mí no puedo decir lo mismo, día tras día, mes a mes, año tras año veo mi rostro deteriorarse, todo merma en mí, empiezo a quedarme estancado, a sentirme añejo como este amor longevo superviviente entre tantos renglones.
Dónde quedan las ganas de hacer partidos con mis amigos, mi afán de superarme ante cualquier proyecto, mi apetito en general, todo en mí va perdiendo fuerza y sentido, todo menos este pensarte en cualquier parte, en verte en cualquier color, en sentirte entre tanta gente, en recordarte en cualquier canción.
Aquí estás, desordenando cada verbo de estas líneas estampadas de torturas mentales que no son más que réplicas de una reiterada emoción.
Ahí sigues, creciéndome por dentro, desorientándome el pulso, capitaneando mis noches como esta luna que me observa atenta para luego evitarme tras su velo blanco mientras le guiña el ojo a alguna constelación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario